Cómo limpiar joyas con piedras preciosas: consejos para que perduren en el tiempo

Las joyas con piedras naturales son una apuesta acertada a la hora de completar tu colección por su elegancia atemporal. Disponibles en diferentes propuestas, desde pendientes con diamantes o anillos con chapado en oro de 18 kt hasta pulseras con perlas y collares multicolores, es importante conocer los cuidados de estas valiosas piezas para conservar su brillo óptimamente.

¿Cómo limpiar las joyas con diamantes?

Los diamantes se caracterizan por su luminosidad y por poseer una dureza extrema, lo que los convierte en una de las gemas más apreciadas de la alta joyería. No obstante, es necesario prestar especial atención a su lipofilia, es decir, a su capacidad para que se les adhiera la grasa fácilmente. Esto forma una película que reduce el reflejo de la luz y resta brillo a la piedra.

Por este motivo, es imprescindible cuidarlos según las instrucciones del fabricante y, siempre que sea necesario, pedir a un profesional que revise su estado. En general, para limpiar joyas con diamantes en casa puedes seguir los siguientes pasos:

1. Retira el polvo con un paño suave o un cepillo de fibras blandas.
2. Mezcla en un recipiente agua templada con un poco de jabón de pH neutro. Evita el cloro o la lejía.
3. Comprueba que las partes de difícil acceso quedan perfectamente higienizadas.
4. Aclara las piezas con agua templada y sécalas con cuidado.
5. Para mantenerlas siempre a punto, límpialas con un paño húmedo cada vez que las uses, antes de guardarlas.

Consejos para limpiar las joyas con perlas

Las piezas con perlas cultivadas aportan sofisticación a tus looks sin renunciar ni a la accesibilidad ni a la versatilidad. Con independencia de su origen, es importante conocer la forma óptima de mantenerlas en perfecto estado para que perduren en el tiempo.

En primer lugar, se limpian suavemente con un paño húmedo de algodón o microfibra o con agua tibia y jabón neutro. Por su delicadeza, también se puede realizar este paso con los dedos mientras se presta atención a las zonas más intrincadas.

Cuando se hayan enjuagado cuidadosamente, se pueden dejar secar sobre una toalla sin aplicar calor. Una vez que se haya evaporado el agua, se limpian con una gamuza o un paño suave para ayudar a eliminar los restos de suciedad, mejorar el brillo natural y restaurar su característica luminosidad iridiscente.

Asimismo, las perlas absorben las sustancias químicas presentes en cremas o perfumes, lo que puede deteriorar su brillo y su color. Por tanto, se recomienda aplicar primero los cosméticos y, después, colocar sobre la piel las piezas.

Limpieza de las joyas con piedras naturales 

Se recomienda evitar utensilios y productos agresivos a la hora de tratar estas piezas, ya que pueden rayarlas. Si vas a usar sustancias químicas, asegúrate de que el fabricante las recomienda y, en caso de duda, acude a un experto. En general, para limpiar joyas con piedras naturales necesitarás:

• Agua tibia.
• Jabón suave o de pH neutro.
• Un recipiente pequeño.
• Un cepillo de fibras suaves.
• Un paño de algodón o microfibra que no suelte residuos.

Los pasos para cuidar este tipo de joyería son:

1. Añade agua templada al recipiente, vierte unas gotas de jabón y mezcla bien.
2. Sumerge las piezas unos minutos para que la suciedad se desprenda. Si quieres tener un cuidado especial, puedes utilizar solo el paño húmedo.
3. En el caso de piedras altamente porosas como el ópalo, la turquesa o la malaquita, solo deben limpiarse con un trapo seco o ligeramente humedecido.
4. Frota cuidadosamente con el cepillo las piedras, el metal y el resto de las zonas. Si se trata de gemas delicadas, haz este paso con los dedos.
5. Aclara con agua tibia limpia tanto el jabón como la suciedad.
6. Seca con el paño hasta eliminar por completo la humedad. De esta forma, evitarás que se formen manchas de agua. 

Tips para cuidar tus joyas con piedras preciosas 

Además de limpiarla con frecuencia, la joyería con piedras naturales requiere un mantenimiento diario que garantice su buen estado. Nuestros consejos básicos son:

• Guarda cada pieza en su caja protectora cuando no la lleves puesta, ya que está diseñada para esa joya concreta.
• Si no conservas el embalaje original, puedes guardarla en un joyero, preferiblemente dentro de una bolsita protectora.
• No coloques varios modelos juntos para evitar rayones o enredos.
• En caso de desplazamientos, envuelve cada pieza de manera individual para protegerla y llévala contigo para que no se pierda ni se dañe.
• En general, ten en cuenta que no todas las piedras preciosas se pueden tratar igual. Por ejemplo, los rubíes y los zafiros se limpian con agua y jabón, mientras que los ópalos y las esmeraldas no se pueden mojar ni exponer a altas temperaturas. Por su parte, el ámbar se raya fácilmente, así que no se puede frotar con paños ni cepillos ásperos.

En definitiva, conseguir que estas joyas atemporales mantengan su aspecto original durante más tiempo solo precisa un poco de atención en el día a día y ciertos cuidados extra de vez en cuando. Un esfuerzo que, sin duda, merece la pena.